jueves, 31 de octubre de 2013

MACROFAGOS ¿QUE SON?

Son células mononucleadas que se caracterizan por su capacidad de fagocitar y degradar material particulado

Se originan a partir de células de la médula ósea que dan origen a los monocitos de la sangre los que luego migran desde el lumen de los capilares sanguíneos al tejido conjuntivo donde terminan su diferenciación.

Los macrófagos de los tejidos conjuntivos miden entre 10 y 30 um de diámetro y su estructura se modifica según su estado de actividad.

Su superficie presenta numerosas prolongaciones digitiformes, su núcleo es indentado, y en su citoplasma presenta numerosas vacuolas endocíticas, lisosomas primarios y fagolisosomas. Tienen un retículo endoplásmico rugoso desarrollado y su aparato de Golgi es prominente. Poseen, además, microtúbulos, filamentos intermedios y microfilamentos de actina.

Los macrófagos activados tienen más prolongaciones de membrana, un mayor número de vacuolas, lisosomas, fagosomas y cuerpos residuales.

Estas células se reconocen facilmente cuando cuando han fagocitado partículas visibles al microscopio.

En respuesta a ciertos procesos infecciosos los macrófagos se pueden fusionar originando células de 20 más núcleos llamadas células gigantes multinucleadas. Bajo estímulos adecuados también modifican su aspecto rodeando materiales extraños y formando las llamadas células epitelioides de cuerpo extraño.

Entre sus funciones destacan:

    Su alta capacidad fagocítica les permite cumplir un rol importante en la eliminación de microorganismos, tejidos dañados y contaminantes particulados.
    Su capacidad de secretar diversos factores y su participación en la respuesta inmune como células presentadoras de antígeno.

La fórmula numero 1 difest actúa como:
- Antibiótico natural poderoso de amplio espectro.
-Refuerza el sistema Inmunológico.
-Auxiliar en tumores ya que incrementa la acción de los MACROFAGOS, los cuales eliminan las células malas.

jueves, 24 de octubre de 2013

Acidez y toxemia; alcalinidad fisiológica

ACIDEZ Y TOXEMIA

Alcalinidad fisiológica

Es poco conocido el significado de alcalinidad, como concepto opuesto a acidez. Incluso éste término se interpreta en forma muy limitada, asociado sobre todo al clásico ardor estomacal o a los reflujos. Sin embargo, no es exagerado afirmar que la adecuada comprensión -y la posterior corrección- de la acidificación orgánica, serviría para resolver la mayor parte de los grandes problemas que afligen a la salud pública.

Estos conceptos han sido científicamente demostrados por grandes investigadores de nuestro siglo y utilizados desde tiempos remotos en la medicina oriental. Para comenzar, conviene explicar lo que significa acidez y alcalinidad. Estos dos términos responden a la forma de clasificar la reacción de cualquier elemento, sobre todo en medios líquidos.

El grado de acidez o alcalinidad se mide a través de una escala de pH (potencial de hidrógeno), que va de 0 (extremo ácido) a 14 (extremo alcalino), ubicándose en el centro (7) el valor neutro. O sea que entre 0 y 7 tenemos valores de acidez y de 7 a 14, de alcalinidad. Esto no quiere decir que lo ácido sea “malo” y lo alcalino “bueno”, dado que ambos se necesitan y se complementan en las reacciones químicas. Por ello se habla de equilibrio o balance.

ASÍ EN LA SANGRE COMO EN LA CÉLULA

Dado que la química corporal genera infinidad de reacciones y exigencias específicas, intentaremos comprender aquí como funciona el mecanismo base del equilibrio ácido-alcalino a nivel celular. Los trillones de células que componen nuestro organismo, necesitan alimentarse, eliminar residuos y renovarse constantemente.

A fin de satisfacer esta exigencia vital, la sangre cumple dos funciones vitales para el correcto funcionamiento celular: llevar nutrientes (sobre todo oxígeno) y retirar los residuos tóxicos que genera la transformación (metabolismo) de dichos nutrientes.

A nivel celular se produce una especie de combustión interna, que libera calor corporal. Los residuos que se originan en este proceso de combustión, son de naturaleza ácida y deben ser evacuados del organismo mediante la sangre, a través de las vías naturales de eliminación (hígado, riñones, pulmones, piel).

En este contexto vuelve a tomar importancia la cuestión enzimática, pues las enzimas son esenciales para “detonar” dicha combustión y además de la temperatura, también son sensibles a la variación del pH. Por ejemplo, hemos visto que las amilasas digestivas pueden actuar sobre los almidones en un medio alcalino (saliva) y son inhibidas por un medio ácido (secreciones estomacales).

Para permitir una eficaz combustión celular, y por otra gran cantidad de razones fisiológicas, el plasma sanguíneo debe mantener a ultranza un ligero nivel de alcalinidad. El pH de la sangre puede oscilar en un estrecho margen: entre 7,35 y 7,45.

Al transgredir estos límites, la sangre pierde capacidad de almacenar oxígeno en los glóbulos rojos y también pierde eficiencia en la tarea de eliminación de los residuos celulares. En pocas palabras, la sangre no nutre y no limpia las células, génesis profunda de cualquier enfermedad. Para dar una idea del estrecho margen de maniobra del pH sanguíneo, digamos que al descender de 7 se produce el coma diabético y la muerte.

COMPENSAR O MORIR

Cuando se incrementa el nivel de acidez sanguínea, varios mecanismos (tampones) buscan restablecer este vital equilibrio. En todos los casos se requiere la suficiente presencia de bases (álcalis) que neutralicen los ácidos. O sea que un eficiente metabolismo celular exige un constante flujo de sustancias alcalinas, con el fin de poder neutralizar los ácidos provenientes del alimento y del metabolismo celular.

En primera instancia, y como mecanismo más simple, la sangre debe obtener suficientes bases de los alimentos. En caso de carencia (tanto por exceso de ácidos circulantes como por deficiencia nutricional de bases), la sangre echa mano a dos mecanismos de emergencia para preservar su equilibrio. Uno consiste en derivar ácidos, depositándolos en los tejidos a la espera de un mayor aporte alcalino. Esto genera (reuma, problemas circulatorios, afecciones de piel, etc).

El otro mecanismo es recurrir a su reserva alcalina: las bases minerales (calcio, magnesio, potasio) depositadas en huesos, dientes, articulaciones, uñas y cabellos. De este modo, la sangre se convierte en un "saqueador" de la estructura orgánica, con el único objetivo de restablecer el vital equilibrio ácido-básico que permite sostener el correcto funcionamiento orgánico.

Esta lógica funcional es la homeostasis orgánica, que significa “mantener la vida generando el menor daño posible”. Para el organismo, una menor densidad ósea no significa peligro para la vida, pero sí un pH ácido en la sangre. Así funciona el mecanismo de la descalcificación y la desmineralización.

Los huesos ceden calcio en forma de sales alcalinas, se hacen frágiles y hay osteoporosis; las piezas dentales se fisuran con facilidad y surgen caries; las uñas muestran manchas blancas y se tornan quebradizas; las articulaciones degeneran y hay artrosis; el cabello se debilita y se cae; se advierten lesiones en las mucosas, piel seca, anemia, debilidad, problemas digestivos, afecciones de vías respiratorias, infecciones, sensación de frío, etc.

Normalmente no se asocian estos síntomas con la acidez. Un ejemplo es la osteoporosis, clásica enfermedad de acidificación. Sin embargo se la combate inadecuadamente con alimentos (lácteos) que, por su aporte ácido, agravan el problema. El sentido común nos indica que frente a osteoporosis y anemia, lo correcto es atacar la causa profunda del problema: alcalinizar el organismo para neutralizar su acidez.

De lo visto, podemos concluir que para permitir el normal trabajo de la sangre y las células, debemos ser cuidadosos en el aporte que realizamos a nuestro cuerpo a través de los alimentos que ingerimos. Por un lado tratando de evitar alimentos (y situaciones) acidificantes, y por otro incrementando la provisión de bases a través de una mayor ingesta de alimentos alcalinizantes. Todo esto complementado por un buen aporte de oxígeno, a través del necesario movimiento, y un correcto funcionamiento de los órganos depurativos encargados de eliminar los ácidos.

VISIONES PIONERAS

Según los estudios de Ragnar Berg -médico sueco fallecido en 1956, pionero en la investigación de la alimentación alcalinizante- un 85% de nuestra dieta debe estar compuesta de elementos ricos en bases (de los cuales una parte debe estar en estado crudo) y sólo un 15% debería estar reservado a los alimentos acidificantes. Si bien Berg combatía los procesos de acidificación con preparados de sales alcalinas y citratos, sostenía que la mejor terapia era la de jugos frescos de frutas y verduras.

Este hecho resulta fácilmente comprobable cuando realizamos un día de ayuno bebiendo solamente jugos de frutas. Al día siguiente sentimos una sensación de alivio general en todo el organismo, ya que estamos permitiendo el proceso de purificación de los residuos ácidos, gracias al aporte exclusivo de bases y vitalizantes enzimas.

El Dr. Berg determinó que las verduras silvestres poseen mayor cantidad de sales alcalinas que las de cultivo. Esto ha sido confirmado por estudios franceses y alemanes, que demuestran una disminución de estos valores (y de otros nutrientes importantes), inversamente proporcional al aumento del uso de abonos químicos. Ello se debe a la disminución de minerales alcalinos y a la presencia de residuos ácidos.

También se ha probado experimentalmente que la fruta madurada artificialmente (en cámara) deja de comportarse como alcalinizante en el organismo. Son comprobaciones científicas de la involución cualitativa de la producción industrializada de nuestros alimentos.

William Howard Hay, creador de la dieta que se popularizó en los años 30, sugería una proporción en volumen del 20% en alimentos acidificantes y 80% en alcalinizantes. Arnold Ehret, propulsor de la dieta cruda, sugería eliminar todos los alimentos acidificantes. Paavo Airola, naturópata europeo, sostenía que necesitamos ambos tipos de alimentos, en sintonía con el concepto de balance yin-yang de los orientales.

En nuestro ámbito, el médico rosarino Samuel Sack hizo un aporte interesante al tema del equilibrio ácido-básico, desarrollando una técnica de remojo de alimentos ácidos en soluciones alcalinas (caldo de repollo blanco o agua bicarbonatada). Su sistema se basa en las propiedades alcalinizantes y neutralizantes de ácidos del repollo blanco. Estas virtudes se encuentran mayormente en el repollo crudo y en el agua de su cocción.

El remojo de los alimentos en caldo de repollo no altera su calidad ni su sabor, sino por el contrario, facilita su asimilación y transformación en el organismo, influyendo positivamente en el equilibrio ácido-básico. Al hervir, el repollo libera álcalis que pasan al agua y el proceso de neutralización de los alimentos sumergidos en ella se realiza en forma directa. El Dr. Sack recomendaba agregar siempre una hoja de repollo crudo a las ensaladas (en exceso puede producir gases), desaconsejando en cambio el consumo del repollo hervido.

Si bien este sistema puede resultar útil para personas que realizan una transición a una dieta alcalinizante, conviene circunscribirlo al período de conversión de hábitos. Estamos viendo que muchas reacciones metabólicas requieren condiciones de normalidad fisiológica, que estas intervenciones pueden alterar, impidiendo el correcto funcionamiento de procesos enzimáticos y vitamínicos.

Por ello es siempre más recomendable evitar los alimentos problemáticos (cárnicos, lácteos, refinados), antes que intentar “emparchar”. Hemos visto que las proteínas necesitan un medio ácido para la correcta acción enzimática de las proteasas que las degradan en aminoácidos. Por esto, alcalinizar carnes y lácteos puede convertirse en arma de “doble filo”, dificultando su asimilación o exigiendo esfuerzos extras al organismo, a nivel de secreciones gástricas y enzimáticas. De allí, que resulte preferible eliminar estos alimentos, antes que “corregirlos a ojo”.

ALCALINIZANTES Y ACIDIFICANTES

Veamos que se entiende por alimentos acidificantes y alcalinizantes. Nuestros nutrientes (como todos los elementos de la Naturaleza) tienen distintos grados de acidez o alcalinidad. El agua destilada es neutra y tiene un pH 7. Básicamente todas las frutas y verduras resultan alcalinizantes. Si bien la fruta tiene un pH bajo (o sea que resulta ácida), debemos evitar una generalizada confusión: no es lo mismo la reacción química de un alimento fuera que dentro del organismo.

Cuando el alimento se metaboliza, puede generar una reacción totalmente distinta a su característica original. Es el caso del limón o de la miel. Ambos tienen pH ácido, pero una vez dentro del organismo provocan una reacción alcalina. Distinto es el caso de las células animales. Tanto la desintegración de nuestras propias células como la metabolización de productos de origen animal, dejan siempre un residuo tóxico y ácido que debe ser neutralizado por la sangre.

Así vemos la diferencia básica entre un alimento de reacción ácida (que obliga a robar bases del organismo para ser neutralizado) y un alimento de reacción alcalina (que aporta bases para neutralizar excesos de acidez provocados por otros alimentos o por los propios desechos orgánicos del cuerpo).

A fin de servir como referencia didáctica, veamos la tabla que expresa en grados de acidez o alcalinidad, la reacción metabólica de ciertos alimentos en el organismo humano. Esta información es muy interesante a título orientativo, pues nos permite comprender cómo funcionan ciertos alimentos en nuestro cuerpo.

ALIMENTOS DE REACCIÓN METABÓLICA ALCALINA ALIMENTOS DE REACCIÓN METABÓLICA ÁCIDA
Pasa de uva 23,7 Panceta de cerdo 28,6
Porotos blancos 18,0 Pollo hervido 20,7
Almendras 12,0 Pavo asado 19,5
Dátiles 11,0 Carne de novillo 13,5
Remolacha 10,9 Maní 11,6
Zanahoria 10,8 Clara de huevo 11,1
Apio 8,4 Salmón fresco 11,0
Melón 7,5 Caballa fresca 9,3
Damasco 6,8 Crackers integrales 8,5
Naranja 6,1 Nueces 8,4
Repollo 6,0 Pan de harina integral 7,3
Tomate 5,6 Queso de vaca 5,5
Limón 5,5 Ricota 4,5
Manzana 3,7 Manteca de maní 4,4
Zapallo 2,8 Pan de harina blanca 2,7
Nabo 2,7 Arroz hervido 2,6
Uva 2,7 Fideo blanco hervido 2,1
Valores que indican grado de alcalinidad y acidez. Tabla elaborada por Bridges y modificada por Cooper, Barber y Mitchell

También los minerales juegan un rol importante en el comportamiento acidificante o alcalinizante de los alimentos y ello nos permite hacer una elección más consciente. Por lo general resultan acidificantes aquellos alimentos que poseen un alto contenido de azufre, fósforo y cloro. En cambio son alcalinizantes aquellos que contienen buena dosis de calcio, magnesio, sodio y potasio.

En general los cereales generan desechos ácidos al ser metabolizados: ácido sulfúrico, fosfórico y clorhídrico. Esto resulta más marcado en el trigo y el maíz (los indígenas americanos remojaban el maíz en agua de cal). El mayor contenido en minerales alcalinos hace que otros cereales resulten más alcalinizantes: mijo, cebada, quínoa, trigo sarraceno. El arroz integral es considerado como neutro en la dietética oriental.

Por su parte las legumbres y las semillas son ligeramente acidificantes por su contenido proteico, aunque no todos por igual, con excepciones como las almendras y los porotos blancos, aduki y negros. Los lácteos son elementos acidificantes, aunque la leche fresca sin pasteurizar sea ligeramente alcalina. La pasteurización acidifica la leche y por tanto a todos sus derivados.

Mientras la dietología clásica y la ciencia de la alimentación no dan importancia o ignoran totalmente esta distinción, en una Nutrición Depurativa es muy importante conocer la reacción de los alimentos. Además es importante manejar otros aspectos que tienen que ver con la preparación misma de las comidas.

Por ejemplo: se ha demostrado que un 40-60% de los elementos minerales y un 95% de las vitaminas y bases se pierden en el agua de cocción de las verduras. Resulta entonces que el alto contenido básico que poseen las verduras -y que resulta tan útil para el equilibrio sanguíneo- se desvaloriza. Incluso las verduras llegan a presentar naturaleza ácida cuando se tira el agua de cocción.

De allí la importancia del sistema oriental de cocer las verduras al vapor en cestas de acero o bambú, o sea sin que estén en contacto directo con el agua. También comprendemos el alto valor terapéutico de los caldos, que conservan todo el contenido alcalino de las verduras y que resultan tan reparadores en enfermos y convalecientes.

Lamentablemente la acidosis (disminución de la reserva alcalina en la sangre) se está convirtiendo en una enfermedad social que provoca grandes problemas y que generalmente no se diagnostica. Sin embargo nadie se preocupa por advertir sobre el problema. Por el contrario, el bombardeo publicitario incita al consumo masivo de productos industriales, que resultan altamente acidificantes.

Dejemos de lado (por lo obvio) carnes y hamburguesas, que muchas personas logran disminuir o evitar. Gaseosas basadas en azúcares refinados y compuestos acidulantes; bebidas alcohólicas, alimentos elaborados con cereales, grasas y azúcares refinados; lácteos industrializados y especialmente quesos; aditivos alimentarios, conservantes… forman un coctel explosivo que se ingiere los 365 días del año, varias veces por día y en grandes cantidades.

ÁCIDOS BUENOS Y MALOS

Claro que no todos los ácidos son malos. En nuestros alimentos hay ácidos beneficiosos y otros perjudiciales. Entre los beneficiosos podemos citar a los frutales. El caso de los ácidos: cítrico, málico, tartárico, fumárico, etc. Estos ácidos orgánicos débiles, una vez metabolizados en el organismo se combinan con minerales (sodio, calcio, potasio) y dan lugar a sales minerales, carbonatos y citratos (elementos que tienen la capacidad de fluidificar y alcalinizar la sangre) o bien se oxidan en la sangre y son eliminados del organismo como anhídrido carbónico, activando la ventilación pulmonar.

He aquí la explicación del benéfico efecto del limón, cuyo jugo ácido es utilizado para la hiperacidez de estómago. Otro ácido interesante es el láctico (fermentos), de benéfico efecto sobre el equilibrio de la flora intestinal.

Definitivamente nefastas para el organismo resultan las ácidas bebidas gaseosas, hoy omnipresentes en la cotidianeidad alimentaria. Los azúcares de por sí generan ácidos en su proceso metabólico (ácido acético). A ello se agregan los aditivos acidulantes (ácido fosfórico pH 2,8) y el ácido carbónico, generándose un coctel dañino, que se potencia con los grandes volúmenes de consumo diario.

Párrafo aparte para los ácidos presentes en carnes, embutidos y lácteos (úrico, butírico, nítrico, sulfúrico). Como decíamos al principio, toda desintegración de células animales -de nuestro propio cuerpo o de alimentos animales- deja un residuo tóxico y ácido. Estos residuos, además de consumir bases para poder ser neutralizados en la sangre, deben ser luego eliminados del organismo.

En la juventud, el buen funcionamiento de los órganos de eliminación (principalmente riñones y piel), hacen que los ácidos sean eliminados satisfactoriamente. Pero con el correr de los años, al acentuarse los efectos nocivos de la acidificación en el organismo, estos órganos pierden eficiencia. Al no poder ser eliminados del organismo, el ácido úrico y otros residuos metabólicos de naturaleza ácida, son retenidos fundamentalmente por el tejido conjuntivo, así como por los huesos y cartílagos del cuerpo, con el objetivo de retirarlos del flujo sanguíneo y poderlos eliminar más adelante.

Esto sirve de origen a dolencias tales como: artritis, artrosis, reumatismo, fibromialgia, enfermedades del corazón, de los nervios, ciática, alergias, eccemas, herpes, urticaria, asma, nefritis, hepatitis, cálculos, arteriosclerosis y un estado de enfermedad latente pronto a manifestarse.

Las consecuencias que tiene para la salud una acumulación persistente de residuos o escorias (que el organismo debería eliminar y no puede), son funestas. Según la naturaleza de cada persona, comenzarán a presentarse a corto plazo los primeros síntomas del padecimiento de una u otra enfermedad (signos de alarma), que variarán según cuales sean los tejidos u órganos afectados.

Una alimentación pobre en bases entorpece el normal proceso de combustión en los tejidos celulares, dando lugar a la formación de estos residuos de naturaleza ácida, muchos de los cuales no pueden ser eliminados por la orina. Aportando una alimentación rica en bases y/o disminuyendo el contenido proteico, posibilitamos una eliminación masiva de estos desechos, depurando así el organismo.

Todo esto nos permite comprender que aún una dieta que excluya la carne (vegetariana) puede no ser ideal y puede resultar acidificante si se consumen en exceso: huevos, quesos, legumbres, oleaginosas, cereales refinados, café, té, chocolate, gaseosas y azúcar blanca. En una clásica expresión que oímos de mucha gente, se puede advertir este involuntario pero grave error de concepto. "Pero si como sano; no como carne; como acelga hervida, un poco de queso, fideos, tomo té negro con galletitas y mermelada..." ¡¡¡O sea, todos alimentos acidificantes!!!

Para finalizar, debemos considerar otros perjudiciales ácidos no alimentarios, presentes en nuestra jornada cotidiana y que colaboran con la acidificación corporal. Nos referimos al ácido nicotínico del tabaco, el ácido acetilsalicílico de los analgésicos, el ácido clorhídrico que genera el estrés y los ácidos provenientes del smog y la contaminación ambiental. También debemos tener en cuenta los ácidos generados en la incorrecta función intestinal, a raíz de los procesos de putrefacción y fermentación.

ACIDEZ, ENZIMAS Y VITAMINAS

Ya hemos visto la importancia de la actividad enzimática. Además de la temperatura, el pH es otro de los enemigos de la correcta función de las enzimas. Como se explica en el apartado “El proceso digestivo”, las enzimas que actúan sobre hidratos de carbono y lípidos, requieren un ambiente alcalino para funcionar correctamente. Por ello su acción se interrumpe en presencia de las ácidas secreciones estomacales, que en cambio permiten el trabajo de las proteasas sobre las estructuras proteicas.

En este sentido, resulta clave la adecuada secreción biliar para restablecer la alcalinidad del bolo alimentario en el intestino delgado, donde amilasas y lipasas deben completar su tarea digestiva sobre carbohidratos y grasas.

Al igual que las enzimas, las vitaminas son también sensibles a las variaciones de pH, o sea a los distintos grados de acidez o alcalinidad presentes en el medio donde deben actuar. Esto se ilustra en el cuadro del apartado “Pérdida de nutrientes”, donde se aprecia la sensibilidad de vitaminas claves como la A, la B1, la C, la D y la E.

Todo esto nos lleva a una mayor valoración de la importancia que tiene el correcto equilibrio fisiológico del pH en nuestros fluidos corporales, sobre todo sangre, linfa y líquido intracelular. Es allí donde se generan las condiciones para que enzimas y vitaminas puedan cumplir su cometido específico. Muchas veces las carencias se intentan resolver con el aporte de suplementos, que más allá de la dudosa eficacia de la síntesis química, no podrán actuar en un medio incorrecto desde el punto de vista del pH.

DIETA ALCALINA

Ante todo debemos hacer del comer, un acto plenamente consciente. El estrés, las obligaciones y las tensiones, han provocado la transformación de nuestra nutrición en algo mecánico o apenas placentero. Nuestros problemas de salud -que todos arrastramos, como consecuencia de años de errores- nos deben servir como incentivo para comenzar a modificar nuestros hábitos, prestando atención a qué y cómo comemos.

Tampoco es cuestión de caer en el extremo de andar contabilizando y estudiando cada cosa que llevamos a la boca. Pero sí comenzar a concientizarnos para mejorar la calidad de nuestra nutrición y en definitiva la calidad de vida. Atender al equilibrio ácido-básico de nuestro organismo nos permitirá eliminar una gran cantidad de síntomas, muchos de los cuales ya los consideramos normales, de tanto convivir con ellos.

El éxito del cambio de actitud se basa en el gradualismo. Teniendo noción sobre que alimentos son acidificantes y cuales alcalinizantes, es bueno comenzar a modificar la ecuación de nuestra ingesta diaria. Proponerse inicialmente un 2 a 1 (dos partes de alcalinizantes por cada parte de acidificantes) para luego llegar a un óptimo 4 a 1.

No debemos tener miedo a exagerar con los alimentos alcalinizantes. Ya vimos que el problema está dado por el exceso de ácidos. De haber exceso de bases -cosa muy poco probable en organismos recargados de desechos- hay siempre en la sangre grandes cantidades de anhídrido carbónico para neutralizarlas.

También es importante que cada persona adecue la alimentación a su realidad corporal, social y laboral. Las personas nerviosas, delgadas, friolentas, alérgicas, con dolores articulares, neuralgias, con tendencias a caries, cálculos u osteoporosis; obviamente tendrán mayor urgencia y necesidad de alcalinización. Así como no todos somos iguales, tampoco todas las épocas del año exigen los mismos nutrientes.

Lo importante es basarnos en el abundante consumo de frutas (de estación y bien maduras) y verduras (preferentemente crudas, cocinadas al vapor o consumidas con su agua de cocción en forma de sopas). Hacer mucho uso de repollo blanco (crudo), zanahoria, apio, papa, batata, nabos, hojas de ensalada, berenjenas, pepino y tomate. Las algas, por ser verduras marinas, corresponden a este grupo y son muy alcalinizantes debido a su riqueza en minerales básicos (magnesio, calcio, sodio, potasio). Entre las frutas, usar: limón, caqui, cereza, manzana, melón, sandía, naranja, mandarina, pomelo, damasco, ananá, banana, durazno, pera, arándano y uva.

Demás está decir la importante que es consumir frutas y verduras de cultivo natural, o bien silvestres, dada la mayor acidez que generan los cultivos industriales. Esto puede parecer difícil en las grandes ciudades, pero es bueno insistir en la búsqueda de productores orgánicos que están apareciendo en los cinturones verdes de las urbes.

Usar los cereales menos acidificantes (arroz, trigo sarraceno) o alcalinizantes (quínoa, mijo o cebada). Entre las frutas secas preferir almendras, sésamo, dátiles, pasas de uva y castañas. Dentro del grupo de legumbres, los porotos blancos, negros y aduki resultan ser los más alcalinizantes.

Como endulzante preferir la miel de abejas o el azúcar mascabo integral. Usar fermentos alcalinizantes, como el miso, la salsa de soja, el chucrut, los pickles en salmuera, el agua enzimática (rejuvelac), las umeboshi y los germinados en general, incluidas las semillas activadas.

A nivel hierbas, se destacan como alcalinizantes: el diente de león (por suerte es una "plaga" a lo largo y ancho del país), la bardana, la ortiga, la congorosa, el incayuyo y el té verde. También hay hierbas de marcado efecto depurativo como el mil hombres, el palo azul, la espina colorada, la ulmaria o la zarzaparrilla.

Todo esto no quiere decir que debamos dejar totalmente de lado los alimentos "acusados" como acidificantes; simplemente debemos ingerirlos balanceados por los alcalinizantes. Por cierto que el exceso de alimento es causa de acidificación corpórea; una razón más para buscar la frugalidad en base a alimentos “íntegros”, que con escaso volumen satisfacen las necesidades básicas. Algo difícil de lograr cuando nos alimentamos con calorías “vacías” de contenido nutricional, o cuando el alimento se convierte en una descarga emocional o, peor aún, en una adicción.

miércoles, 23 de octubre de 2013

Sulfato de glucosamina y la Osteartritis y artritis reumatoide

El sulfato de glucosamina es una sustancia natural que se encuentra en el cuerpo. Está presente en el líquido que rodea las articulaciones. La glucosamina se encuentra también en otros lugares en la naturaleza. Por ejemplo, la glucosamina que se utiliza en los suplementos dietéticos proviene a menudo de las conchas de los mariscos. El sulfato de glucosamina que se usa en los suplementos dietéticos no siempre proviene de fuentes naturales. Se puede hacer también en el laboratorio.


El sulfato de glucosamina se usa comúnmente para la artritis. Ha sido estudiado extensivamente para ese uso por los científicos. Se utiliza con major frecuencia para un tipo de artritis llamada osteoartritis. Esta es el tipo más frecuente de artritis.


A través de los años la gente ha probado el sulfato de glucosamina para una variedad de otros usos. Ha sido probada, por ejemplo, para la glaucoma y la pérdida de peso. Pero el sulfato de glucosamina no ha sido estudiado adecuadamente para esos usos. No hay prueba de que el sulfato de glucosamina sea benificioso para esas afecciones.


Hay diferentes formas de glucosamina que incluyen sulfato de glucosamina, clorhidrato de glucosamina, y glucosamina acetilada. Estos diferentes productos químicos tienen algunas similitudes; sin embargo, pueden no tener los mismos efectos cuando se toman como un suplemento dietético. La mayoría de las investigaciones científicas hechas acerca de glucosamina han sido hechas sobre el sulfato de glucosamina. La información en esta página pertenece al sulfato de glucosamina. Para información sobre los otros tipos de glucosamina, vea las páginas específicas para cada uno de ellos.


Los suplementos dietéticos que contienen glucosamina a menudo contienen otros ingredientes extras. Frecuentemente estos ingredientes extras son el sulfato de condroitina , el MSM (metilsulfonilmetano) o el cartílago de tiburón.

Ahora bien la osteoartritis (Artrosis) y la artritis reumatoide se manifiestan con la inflamación y el dolor en las articulaciones.

Las causas principales de la Osteoartritis son: deficiencias nutricionales y metabólicas, maltrato de la articulación o una infección, así como por la oxidación por los radicales libres y por problemas genéticos.

La Artritis Reumatoide tiene otras causas, como ejemplo: una reacción negativa del Sistema Inmunológico. Otra de las causas puede ser un virus como el de la gripe que se incrusta en los tejidos articulares lo cual causa deterioro, inflamación y dolor.

Es importante para su curación primero desintoxicar al organismo y someterlo a una limpieza general.


domingo, 20 de octubre de 2013

IMPORTANCIA DE LAS PROTEINAS

A pesar de que se habla de ellas con gran familiaridad, las proteínas son en realidad grandes desconocidas
Ellas son
las que nos sirven para desarrollar nuevos tejidos en la época de crecimiento y para reparar y renovar los tejidos en la edad adulta. Por eso son tan necesarias cada día.
Necesidades Minimas de Proteinas
Bebés: entre 0.9 y 1 gramo por kilogramo de peso
Niños: 0.8 gramos por kilogramo
Niños mayores y adolescentes: 0.4 gramos por kilogramo
Adultos: 0.36 gramos por kilogramo
Mujeres embarazadas o que se encuentran amamantando: Deben duplicar lo necesario para los adultos

Por lo mucho que se habla de ellas, todo el mundo sabe que son muy importantes para el organismo. Pero lo que no es tan conocido es qué son realmente, para qué sirven y por qué son tan vitales. Pues bien, puede decirse que las proteínas son biomoléculas constituidas por unos aminoácidos que básicamente son carbono, hidrógeno, oxígeno y nitrógeno. También pueden tener azufre y en algunos casos fósforo, hierro, magnesio y cobre, entre otros elementos.
La cantidad de aminoácidos que se encuentran en una molécula de proteína varía mucho, aunque la mayoría de ellas están compuestas por 20, muchos de los cuales están presentes más de una vez. Por ello, una sola molécula puede tener más de quinientos aminoácidos.
Funciones diferentes
Desde los músculos hasta las uñas o los huesos, todas las células del organismo necesitan esta sustancia, en todas las edades. Durante el crecimiento, para crear tejidos nuevos; en la edad adulta, para reparar y renovar los tejidos.
Pero eso no es todo. También son imprescindibles para crear enzimas que ayudan a digerir los alimentos, además de para producir anticuerpos y hormonas que combatan las infecciones y mantengan el correcto funcionamiento del organismo. No todas las moléculas tienen la misma función, sino que cada una tiene una específica.
El organismo humano puede producir la mayoría de los aminoácidos que suelen estar presentes en las proteínas de las plantas y de los animales, pero ocho de ellos sólo se pueden obtener a través de los alimentos. Esos elementos son la isoleucina, la fenilalanina, la valina, la treonina, la metionina, el triptofano y la lisina. Durante la infancia, también se considera la histidina como un aminoácido esencial, ya que el cuerpo humano no produce el suficiente para cubrir las necesidades en esa época.
Alta o baja calidad
Las proteínas que contienen todos los aminoácidos esenciales son las denominadas de alta calidad o de alto valor biológico. Se encuentran en los alimentos de origen animal, como carnes, huevos, lácteos y pescado.
Por el contrario, las que carecen de alguno de esos elementos son incompletas, y al aminoácido que falta se le denomina limitante. Según esta idea, la mayor parte de las proteínas de origen vegetal son incompletas, a excepción de la de la soja.
Sus beneficios las convierten en imprescindibles en la dieta de cada jornada. Las necesidades proteicas diarias para un adulto se sitúan entre 0,8 gramos y 1 gramo por cada kilo de peso corporal. Este equivale a que una persona de 60 kilos deberá consumir entre 48 y 60 gramos, mientras que otra de 80 kilos, entre 64 y 80 gramos al día.
Las proteína y la energía
Aportan una buena cantidad de energía; tanto es así que los nutriólogos recomiendan que se obtenga entre el 10 y el 15% de la energía a partir de las ellos. Otra de las características es que se pueden descomponer para ser utilizadas como energía. Esto sucede cuando el consumo de grasas o de carbohidratos es insuficiente para satisfacer las necesidades energéticas.
La tripsina y la quimiotripsina son las enzimas del jugo pancreático que permiten su digestión, liberando los aminoácidos libres, que son absorbidos a través del intestino hacia la sangre. A partir de ese momento, ya pueden realizar sus funciones. El grupo amino, ese que contiene nitrógeno, desaparece cuando las proteínas se metabolizan, y pasa a formar la urea que se excreta por la orina.
Las proteinas de la leche
Las proteínas de la leche no sólo son importantes por la cantidad, sino también porque algunas de ellas son exclusivas de este alimento. Es decir, no se pueden encontrar en ningún otro, al menos no de forma significativa. Un ejemplo de éstas son las caseínas, unas proteínas que, además, son las causantes del color de la leche. Estas moléculas se asocian entre sí y con iones de calcio, formando estructuras que dispersan la luz.
Es importante señalar que algunos de estos componentes de la leche tienen funciones biológicas específicas. Algunas de ellas actúan directamente en la glándula mamaria, otras sobre quien la consume. Esta es una de las razones por las que es tan importante alimentar a los recién nacidos con leche materna, ya que ésta protege al pequeño frente a los microorganismos causantes de infecciones. Además, la leche produce una enzima llamada lipasa activada por las sales biliares, que facilita la digestión de la grasa de la leche.
Las proteínas de la leche son: la lactoferrina, la lactoperoxidasa, la inmunoglobulina y la lisozima. La primera de ellas desempeña un papel esencial en la protección de recién nacidos frente a infecciones gastrointestinales. La segunda permite la formación de sustancias con gran poder antimicrobiano. La inmonoglobulina también es conocida con el nombre de anticuerpos y se caracteriza porque facilita la destrucción de las estructuras contra las que está dirigida. Por último, la lisozima es capaz de destruir bacterias.
Las proteinas segun la edad
Los especialistas en nutrición recomiendan que un adulto consuma entre 45 y 65 gramos de proteínas diarias, dependiendo de su peso (a más kilos, más necesidad de proteínas). Esta es una regla general, ya que hay que tener presente que los requerimientos de este nutriente varían en determinadas situaciones de la vida.
En época de lactancia, las mujeres necesitan proteínas adicionales, debido a la cantidad que produce la leche. También hay que tener especial cuidado cuando se acaba de pasar una enfermedad o una lesión grave. Del mismo modo, no se necesitan la misma cantidad de proteínas en la edad adulta que en la infancia. Un niño de entre 7 y 10 años necesita alrededor de 28 o 30 gramos diarios
El ser humano necesita ingerir proteínas
Ya que constituyen el elemento estructural elemental de todas las células del cuerpo, y sobre todo, de la masa muscular. Asimismo, las proteínas protagonizan las reacciones químicas que permiten la transformación de los alimentos en energía. Y posibilitan la composición de compuestos destinados a la reconstrucción y el mantenimiento de los tejidos.

También está formado por proteínas el sistema inmunitario del hombre, así como la estructura sobre la que se depositan el calcio y el fósforo para formar el esqueleto. Por otro lado, metabolizar, por parte del organismo, un gramo de proteína proporciona la misma energía que un gramo de carbohidratos (4 kilocalorías).

Ahora bien, la finalidad de las proteínas no es la de generar energía �esa es una misión propia de los hidratos de carbono y las grasas�, salvo en dos circunstancias: cuando se consumen más proteínas de lo estrictamente necesario, y cuando no se come lo suficiente para satisfacer las necesidades energéticas.

Por ello, cuando el ser humano come menos de lo que necesita se produce una reducción de proteínas en su organismo, que afecta sobre todo al tamaño de los órganos involucrados en la digestión y a la masa muscular.

En una persona adulta con actividad normal, el consumo de proteína debería representar entre el 10% y el 15% de las necesidades energéticas diarias. Sobrepasar esta cantidad es un derroche de recursos alimenticios, y eso es precisamente lo que ocurre en la mayor parte de los países desarrollados. Se excede la dosis necesaria, que se transforma en energía, y no se permite a las grasas que desempeñen su función.

viernes, 18 de octubre de 2013

LA TERMOGENESIS

La Termogénesis (del griego: termo temperatura génesis inicio). Es la capacidad de generar calor en el organismo debido a las reacciones metabólicas. La disipación de calor equilibra esta generación interna dando lugar a una homeostasis térmica (equilibrio térmico) en las células que en los mamíferos como el hombre alcanza un valor estático de aproximadamente 37 °C. La termogénesis puede ser inducida por la dieta (ingesta de alimentos con capacidad de termogénesis) o por la inclusión de suplementos dietéticos termogénicos.[1] A veces se define la termogénesis como el residuo degradado de la energía generada en el metabolismo basal. La termogénesis explica la activación del calor típica de los mamíferos.
CaracterísticasEdit

El calor en algunos los organismos vivos surge de las características exotérmicas de las reacciones metabólicas oxidativas, esta liberación de calor tiene como efecto un aumento de la temperatura en los tejidos cercanos, no obstante el cuerpo humano posee unos mecanismos para la disipación que contrarrestan estos efectos termogénicos.[2] Estas operaciones se realizan en las mitocondrias de la células. El balance energético de este proceso se puede resumir de la siguiente forma:
Producción de energía = Pérdida de energía +/- Almacenamiento de Energía.

Por lo tanto si la energía contenida en el cuerpo humano (en forma de grasa, proteína y glucógeno) no se ve alterada (lo que viene a indicar Almacenamiento de Calor igual a cero) la energía entrante es igual a la que sale, y por lo tanto se produce un equilibrio energético. Si este proceso no fuera equilibrado, el almacenamiento se activaría en un aumento de las capacidades almacenativas del organismo (en forma de grasa, proteína y glucógeno) si la producción es baja. O en una disminución del almacenamiento si la pérdida es alta (aumento de la termogénesis)...

Este concepto se suele aplicar en algunas dietas reductoras de peso corporal (control de la obesidad). Los alimentos que ingerimos suelen consumir en diferentes procesos digestivos casi el 15% de la energía consumida.[1] La termogénesis se puede analizar y medir por diversos medios calorimétricos: directos (cámaras infrarrojas) e indirectos (midiendo el factor VO2 max denominado también capacidad aeróbica).

jueves, 17 de octubre de 2013

PODEROSOS ANTIOXIDANTES NATURALES

A continuación un listado de poderosos antioxidantes naturales:

10. Coenzima Q-10. Es uno de los mejores antioxidantes naturales porque participa en varios procesos corporales y ayuda a las enzimas a realizar su trabajo. Se encuentra en pescados y carne.

9. Selenio. Protege contra enfermedades cardiovasculares y disminuye el envejecimiento celular, por ello sin duda tiene un lugar entre los mejores antioxidantes naturales. Lo podemos ingerir a través de alimentos de origen animal, vegetales y cereales integrales.

8. Vitamina C. Esta vitamina es uno de los mejores antioxidantes naturales ya que estimula el sistema inmune y protege las arterias. La encontramos principalmente en frutas y verduras.

7. Clavo. Reduce la cantidad de hierro y la perioxidación de lípidos (que hacen que uno envejezca), por esto, no podía faltar en los 10 mejores antioxidantes naturales.

6. Zinc. Ayuda a la creación de nuevas células promoviendo la formación celular, por eso está entre los mejores antioxidantes naturales. Se halla en moluscos, ostras, cereales y frutos secos.

5. Cisteína. Uno de los mejores antioxidantes naturales que desintoxifica el cuerpo de sustancias tóxicas. La contiene el huevo, leche, brócoli y ajo entre otros alimentos.

4. Punicalagina. Es el mayor polifenol antioxidante de peso molecular, por eso lo incluimos entre los mejores antioxidantes naturales. Se encuentra en la granada, principalmente en la cáscara.

3. Catequinas. Flavonoides que protegen a las vitaminas y aumentan su potencia, normalmente lo contiene el té verde, por eso es uno de los mejores antioxidantes naturales.

2. Vitamina E. Es uno de los mejores antioxidantes naturales por prevenir infartos y combatir los achaques de la edad. Regularmente se encuentra en aceites vegetales.

1. Licopeno de tomate. Protege a las células del estrés oxidativo además de prevenir enfermedades como el cáncer. Es un componente que se encuentra en el tomate rojo.

miércoles, 16 de octubre de 2013

ATP: ADENOSIN TRIFOSFATO

TRIFOSFATO DE ADENOSINA (ATP)

El ATP constituye una forma de almacenar y producir energía en compuestos o enlaces de alto valor energético.

El ATP es una fuente energética necesaria para todas las formas de trabajo biológico, como la contracción muscular, la digestión , la transmisión nerviosa, la secreción de las glándulas, la fabricación de nuevos tejidos, la crculación de la sangre, etc.

El ATP es la fuente directa de energía para la actividad muscular.

La liberación de energía proviene de la hidrolisis del ATPen difosfato de adenosina (ADP), al separarse los enlacees fosfato mediante la introducción de una molécula de agua (hidrolisis), se obtienegran cantidad de energía: Los fosfatos (ATP-PC), el sistema glucolítico y el sistema
oxidativo

El ATP es una molécula que está formada por adenina, ribosa y tres grupos fosfatos.

la adenosín-trifosfato es la moneda de cambio de las energías. Es la única molécula que al final se puede convertir directamente en energía. Las otras moléculas, glucosas, grasa,.. por medio de varios procesos (glucólisis anaeróbica o ciclo de Krebs), terminan convirtiéndose en ATP.

Las reservas de ATP en la célula muscular son muy pequeños (5*10!-6 mol/gr) (Fisiología del ejercicio, José López Chicharro) , lo que no da para mas de uno o dos segundos.

Para poder continuar se activa inmediatamente el sistema de los fosfagenos y se consigue la energía a través de la fosfocreatina (PC). Por eso llamamos al sistema inicial de energía ATP-PC.

La adenosina trifostato (ATP) es una molécula que consta de una purina (adenina), un azúcar (ribosa), y tres grupos fosfato. Gran cantidad de energía para las funciones biológicas se almacena en los enlaces de alta energía que unen los grupos fosfato y se liberan cuando uno o dos de los fosfatos se separan de las moléculas de ATP.

El compuesto resultante de la pérdida de un fosfato se llama difosfato de adenosina, adenosín difosfato o ADP; si se pierden dos se llama monofosfato de adenosina, adenosín monofosfato o AMP, respectivamente.

viernes, 11 de octubre de 2013

El poder del áloe vera

El día de hoy solo publicaré este póster informativo ya que en media hora mas entro a curso de 8:00a.m  a  8:00p.m
Qué tengan un magnífico viernes y excelente finde...

jueves, 10 de octubre de 2013

Estevia vs edulcorantes

Empecemos por citar un ejemplo cotidiano de consumo desproporcionado de azúcares,el día de hoy es el turno de la coca cola, ni más ni menos, México es el país que más refrescos por persona consume del mundo, siendo el estado de Chiapas el que más bebe este refresco.
Pues sabiendo esto ahora si podemos hablar un poco de los procesos que se desencadenan en nuestro cuerpo al hacer altas ingestas de azúcares:

La Coca Cola tiene un Ph=2  .....ésto es fatal, pero la tomamos por que es agradable, sin embargo las reacciones del organismo tienen una secuencia que mas abajo se explican.
"LO QUE SUCEDE CUANDO ACABAS DE BEBER UNA LATA DE GASEOSA O REFRESCO"

Primeros 10 minutos:
10 cucharillas de azúcar golpean tu cuerpo, el  100% del total recomendado diariamente. No vomitas inmediatamente por el dulce extremo, porque el ácido fosfórico corta el gusto.

20 minutos:
El nivel de azúcar en la sangre explota, provocando un chorro de insulina. El hígado responde transformando todo el azúcar que recibe en grasa (Es mucho para este momento en particular).

40 minutos:
La absorción de cafeína está completa. Tus pupilas se dilatan, la presión sanguínea sube, el hígado responde bombeando más azúcar en la corriente sanguínea. Los receptores de adenosina en el cerebro son bloqueados para evitar mareos.

45 minutos:
El cuerpo aumenta la producción de dopamina, estimulando los centros de placer del cuerpo. (Físicamente, funciona como con la heroína.)

50 minutos:
El ácido fosfórico empuja calcio, magnesio y zinc hacia el intestino grueso, aumentando el metabolismo. Las altas dosis de azúcar y otros edulcorantes aumentan la excreción de calcio en la orina, o sea, estás orinando tus huesos, una de las causas de la OSTEOPOROSIS.

60 minutos:
Las propiedades diuréticas de la cafeína entran en acción. Orinas. Ahora está garantizado que eliminarás más calcio, magnesio y zinc, elementos imprescindibles para el buen estado de tus huesos,en otras palabras estas atravesando un estado de desmineralizacion
A medida que la onda baja sufrirás un choque de azúcar.Te pondrás irritado. Ya habrás eliminado todo lo que estaba en el refresco, pero no sin antes haber eliminado junto con ellos, elementos quimicos que necesita tu organismo.
Es por esto que nosotros como consumidores finales debemos buscarnos alternativas para satisfacer nuestro deseo de consumir alimentos y bebidas endulsadas sin caer en los edulcorantes artificiales como (splenda,Equal,Sweet'NLow,etc.)porque estos también acarrean graves efectos secundarios derivados de su consumo regular,en este caso la recomendación es para la planta "Estevia rebaudiana" por su nombre científico más comúnmente y popularizada como Estevia, ya que esta funge como perfecto sustituto del azúcar,endulza bebidas, no aporta calorías además de ser un antioxidante natural,preferentemente busquenla en solución acuosa es la mejor.

miércoles, 9 de octubre de 2013

Colágeno herbax

La presencia de colageno en el cuerpo no solamente es necesaria para la piel,uñas y cabello como nos hacen creer en los medios de publicidad sino que también es de vital importancia para nuestro sistema motriz,aparato ocular(córnea),paredes de vasos sanguíneos,encías,ademas es esencial para la protección y desarrollo de tejidos y órganos vitales,músculos,cartílagos,tendones,ligamentos y huesos, incluso una parte es necesaria para metabolizar grasas todo esto debido a que el colágeno es una proteina que sirve de enlace entre las distintas células del cuerpo,por todo lo anterior es importante mantener una ingesta adecuada diaria de colágeno y en la actualidad existe una gama amplia de marcas que ponen a nuestro alcancé  diversidad de suplementos alimenticios a base de colágeno aunque debería decir que es nuestra obligación y derecho como consumidores investigar más a fondo acerca de las concentraciones de colageno reales en cualquier marca que vallamos a consumir para vías de suplementarnos con la mas alta calidad y así obtener resultados reales y visibles.

jueves, 3 de octubre de 2013